Los recubrimientos de metales tienen diversos fines tales como: aumento de la dureza, aumento en la resistencia al desgaste mecánico, dar un aspecto decorativo o la mejora en la conductividad eléctrica, de igual manera existen diversos métodos de aplicación, a continuación, se describen dos de estos métodos.

Electrolisis: Es un proceso por el cual la energía eléctrica es transformada en energía química, se da a través de un electrolito (tambien conocido como baño electrolítico), el cual permite el transporte de iones de un electrodo a otro, el medio donde se sumerge es compuesto principalmente por el elemento a recubrir, es decir, en un proceso de cobrizado esta solución contiene algún tipo de sal de cobre que puede ser sulfato de cobre, cianuro de cobre, entre otras.

Los electrodos son denominados ánodo y cátodo, donde el ánodo es el material que aporta electrones para depositarse sobre el cátodo que es la pieza a la cual se le dará el acabado final deseado.
Todo esto se lleva a cabo mediante la aplicación de corriente eléctrica, proporcionada por un rectificador. Lo anteriormente descrito se puede observar en la figura 1.

Cabe destacar que este proceso genera una superficie homogénea y que cubre la totalidad del cátodo.

Pintura electrostática: Es un proceso por el cual se recubre a partir de un polvo el cual es fijado a la superficie por medio de la electricidad electrostática.
Este proceso es llevado a cabo por medio de una máquina, que mezcla el polvo cargado eléctricamente con aire y está es atraída por la superficie que se encuentra conectada a tierra, una vez se realiza este proceso esparciendo el polvo en toda la pieza pasa a un horno de curado, con el fin de fundir las partículas y generar una superficie homogénea y hermética. Lo anteriormente descrito se puede observar en la figura 2.

Proceso pintura electroestatica

Elaborado por:

Julio Echeverry.

Líder Sistemas de Gestión