El recubrimiento de un metal o como también es llamado acabados superficiales, es el método por el cual un metal es cubierto por otro con el fin de brindarle características que este no posee o realizar una mezcla de propiedades para mejorar las esté ya tiene.

La mayoría de los metales, que se encuentran expuestos a la acción del ambiente, tienden a tener cambios fisicoquímicos que hacen perder las propiedades originales (degradación) y en este mismo sentido pierden su funcionalidad hasta el punto de ser convertirse en inservibles, este fenómeno se encuentra calificado como la corrosión de los elementos.

En la mayor parte los metales son recubiertos con el fin de aumentar la protección a la corrosión y esto se logra usando un elemento de menor costo con respecto al elemento a proteger, es el caso del hierro donde se usa el zinc como elemento de sacrificio para ser oxidado por medio ambiente, garantizando así la duración del hierro, Sin embargo, tambien se emplean sustancias capaces de retardar la oxidación del recubrimiento, como lo son las lacas y sellantes.

Otras finalidades que tienen los recubrimientos son en las exigencias de dureza, de resistencia al desgaste mecánico, de aspecto decorativo o de mejora en la conductividad eléctrica, para estos casos se prefiere un metal como lo es el níquel, estaño, cobre, plata u oro para mejorar estas características previamente identificadas.

Es por estas razones que los recubrimientos metálicos hacen parte fundamental en el diseño de diversos proyectos ya que se puede traducir en la reducción de costos por el no uso de elementos escasos y de alto valor comercial y si por la aplicación en una capa de un metal capaz de suplir la necesidad. Siendo recubrimientos industriales una empresa capaz de satisfacer sus necesidades en los acabados superficiales metálicos.

Elaborado por:

Julio Echeverry.

Líder Sistemas de Gestión